Un recordatorio...
La vida aquí en el Centro HOPE ha sido agitada.
Mudanza, purga de archivos polvorientos que se han ido acumulando en los rincones de nuestra oficina mientras atendemos las llamadas diarias de crisis y a las personas que cruzan nuestras puertas. Preguntarse cuántos bolígrafos necesita realmente una oficina de 5 personas, ver lo generosa que es realmente nuestra comunidad mientras recopilamos todo lo que se nos ha dado en un solo espacio.
Estamos en nuestra nueva casa y empezando a asentarnos en una nueva rutina. Como muchos de vosotros sabéis, hemos tenido algunos problemas con nuestro correo electrónico e Internet, así que si habéis estado intentando poneros en contacto con nosotros, ¡ya estamos de nuevo en línea!
Y con todas las tareas y listas de comprobación y piezas prácticas he estado en un estado de búsqueda de la siguiente cosa para comprobar off- hasta esta llamada telefónica.
Esta mañana he recibido una llamada telefónica de una empresa de otro estado que quería hacer una donación en honor de una empleada que trabaja en su oficina de MN y que había perdido un hijo a causa de la violencia doméstica. Su ex la había asesinado tras intentar poner fin a la relación. Y se hizo el silencio por un momento hasta que compartí que por eso yo también hago esto... mi amiga fue asesinada como resultado de la violencia doméstica. Y en medio del ajetreo y el bullicio, las tareas prácticas de mantener los teléfonos a punto y las luces encendidas, me acordé de la razón más importante por la que hago lo que hago cada día.
A veces es bueno que nos lo recuerden.